Entre las verdes montañas del nororiente antioqueño hay un paraíso histórico casi ignorado por los planes turísticos masivos:
¡Concepción! Es un pequeño pueblo tan lindo y "divino" (como
dicen en Colombia) que desde 1999 fue declarado Patrimonio Histórico de
la Nación, debido a sus calles empedradas
e impecable conservación. Es un
municipio pequeño y solitario (1875 m.s.n.m. con poco más de 1.500
habitantes
en la cabecera) olvidado por los carros y tecnologías modernas. Solo se
puede llegar a esta remota gema cruzando caminos destapados. Perderse
es
prácticamente imposible ya que sus angostas y empedradas calles llevan
al
mismo lugar: la emblemática plaza central. Además, un pequeño rio de
aguas
cristalinas, innumerables guayabales y guayacanes contribuyen a
pincelar el maravilloso entorno
natural.
No obstante los primeros habitantes nómadas
fueron los aborígenes tahamíes y caribes, fue solo a finales de 1770, que mineros de la Ciudad de Santa Fe
de Antioquia (entre ellos los fundadores Don Diego Córdoba y Pedro
Valencia)
atraídos por la riqueza aurífera de
Concepción que se instalaron en ese
lugar y abrieron una explotación
minera que tuvo categoría de Real de
Minas. La parroquia fue creada el 6 de noviembre
de 1770
por decreto del Doctor Juan Salvador de Villa y Castañeda, cura de
Medellín y Vicario Superintendente de la Provincia de Antioquia, bajo
comisión confiada al obispo de Popayán, Don Jerónimo Antonio de Obregón
y Mena. La población fue elevada a
la categoría de municipio en 1814 y
desde 1885 sus habitantes empezaron a
dedicarse a la ganadería, a la madera y la agricultura.
